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martes, 24 de marzo de 2015

La Iluminación




Todos en algún punto de nuestra vida  nos hemos eventualmente  preguntado qué significa esa premisa que algunos entendidos establecen cuando afirman que todo en la existencia  se trata de "lecciones" que deberíamos  aprender y que aprehenderemos  si observamos la naturaleza que nos rodea, prestando atención especialmente al contenido de lo que nos quiere impartir  en sus magistrales aulas de clases únicas en su estilo.  Personalmente nos cuesta creer que  realidades tan dramáticas sucedan sólo para instruirnos, que seres vivos  experimenten los más crueles tormentos solo para que el ser humano se mire en ese espejo y lo trascienda,  porque tendríamos  que reconocer  el narcisismo más abyecto que nos podamos imaginar y la sumisión de toda la magnificencia del planeta servida exclusivamente para nosotros en bandeja de oro,  acompañada de tal reverencia y devoción  como si de una majestuosa obra de teatro se tratase realizada  única y exclusivamente para el aprendizaje de una determinada y específica  etapa infantil de  "su alteza",  el Ser  Humano  Divino,  y sostenida hasta que éste capte y aprehenda el fin último o propósito de la obra, momento en el cual se levantaría  el telón para, seguidamente, salir los pequeños actores a recibir los aplausos, despojándose a su vez de las máscaras y demás atuendos que llevaban  estrictamente para la escenificación  de una obra que llevaría por título La Inteligencia Versus La Fuerza.

La obra de teatro la integrarían  dos actores, un gusano que vendria a representar  la cualidad de La Inteligencia,  y un grillo que encarnaría el don de  La Fuerza como una pseudo característica inherente a su frágil naturaleza invertebrada. Así comienza la historia de la obra,  donde el Gusano, a través de estratagemas, se apodera de la voluntad del Grillo;  literalmente lo consume, lo controla y finalmente lo lleva al suicidio. Este gusano se mimetiza bajo la forma de quistes en las plantas y en la superficie de lagos y, una vez alojado en el huesped, se alimenta de sus nutrientes mediante un proceso invasivo que acelera dramáticamente su tiempo de vida haciéndole envejecer más rápido ya que debe redoblar sus esfuerzos de supervivencia para sostenerse en su hábitat y sostener el hábitat en que lo han convertido. Todo esto sucediendo en la fisicalidad del grillo sin posibilidad alguna de que  pueda percatarse  de su inexorable destino. Nótese que el grillo debe morir, es el precio que pagará si logra  salir  ileso, tanto de  los efectos del cruel desgarre  interno al que será sometido, como de  los efectos de la inmersión, al  haber saltado al agua de forma involuntaria sin poder nadar, esto por cuanto una vez agotadas las reservas vitales del grillo, el gusano lo induce a saltar a un lago en un último y supremo esfuerzo físico que  debe realizar como si se tratase de un ritual de sacrificio  en el que el gusano emerge de las entrañas del grillo al cual matará si antes no sucumbe a la muerte por desgarre, o por asfixia mecánica. Aquí se configura un perverso proceso de emersión (el gusano) y de inmersion (el grillo) que se cumple para la sobrevivencia de la especie Paragordius varius, donde el parásito emerge triunfador de una  feroz competencia anteponiendo la inteligencia a la fuerza, ya que de lo contrario no podría superar la batalla, siendo el grillo superior en tamaño, en agilidad y en fuerza, pero inconsciente de la conspiración de la que está siendo objeto en contra de su legítimo derecho a la vida. Asi, una vez convertido en huesped del parásito, nada podrá  hacer; su destino estará  sellado.




En esta ilustración, en esta  lección  en vivo y directo y en tercera dimensión que nos imparte la madre naturaleza, podemos notar una alarmante analogía con los seres humanos, quienes estamos siendo  invadidos en nuestro fuero interno  por formas de vida autónomas,  llámense alienígenas, arcontes, demonios, complejos activos. etc., dependiendo estas definiciones de la perspectiva de cada uno, ya sea que estemos hablando de  teorías pertenecientes al campo de la investigación  de la psicología y de la ufología, o de doctrinas tales como la católica, la gnóstica, y de tantas hipótesis que existen basadas  en los diversos mitos así como también en  dogmas llamados fundamentalistas.

En este caso específico usamos el término parásitos porque son entidades que se alojan en el huesped humano tomando el control de su voluntad  a través de su  sistema nervioso, nutriéndose con sus fluidos biológicos y energéticos hasta alcanzar las condiciones mínimas  para desenvolverse con autonomía en el ámbito humano, sin descartar por supuesto el ámbito astral, el ámbito dimensional, el ámbito relacionado con universos paralelos (cuántico), el ámbito emocional, el ámbito espiritual, etc.,  lo cual  una vez logrado deja a su paso un zombie, un cascarón vacío, un ser humano desvalido,  despojado de su voluntad, sin la energia requerida para vivir y para enfrentar los retos del día a día y sin siquiera saber a qué clase de ardid ha sido expuesto y la razón de su fracaso respecto de las potencialidades que le fueron  conferidas previo arribo a esta realidad.  En este sacrificio del ser humano se cumple de nuevo el principio antes relatado, el humano, al igual que el grillo, es inmolado en un ritual para la sobrevivencia de otra especie que lo somete con inteligencia a expensas de su ignorancia, ritual éste  reservado para el momento de su muerte cuando acontezca, donde las circunstancias estarán determinadas en función de su carácter, de sus creencias, de sus paradigmas y en función de la magnitud del daño infringido  y de si éste es rreversible o no.

Volviendo a la obra de teatro con la que iniciamos el presente ensayo, pudiéramos elucubrar algún método que haya podido estar al alcance de la víctima (el grillo) para resistir el ataque del parásito, el cuál lo invade en el momento en que  éste se acerca al agua para beber o cuando se aproxima a las hojas de plantas infectadas para comer. En este sentido pudieramos dilucidar que el huesped no posee mecanismos de defensa que lo resguarden de una invasión de semejantes proporciones ya que tiene que beber y comer para subsistir de acuerdo a un elemental  instinto de autoconservación. Así que podríamos aventurar que su suerte está echada y nada podrá hacer para evitarlo ya que solo sería cuestión de tiempo para caer en la trampa tarde o temprano,  pero, afortunadamente, esto no sucede con el ser humano, quien observando la dinámica de su relación con el medio respecto del  cual interactúa,  tiene el don de percibir internamente  los sutiles cambios que se suceden en su entorno y desde su perspectiva evaluar a qué lo conducen estos cambios, ya sea que partan de su propia psique o de sus semejantes; es decir, estamos apelando al sentido de la perspicacia que, según el diccionario, no es más que el don que nos capacita para percatarnos de cosas que pasan inadvertidas a simple vista. Este don lamentablemente no lo posee el grillo  de nuestra historia pero puede ser cultivado por el ser humano a través de la OBSERVACION, característica ésta de la cual depende literalmente la preservación de la especie humana en toda la extensión de la palabra, ya que no es lo mismo vivir sin voluntad, siendo arrastrados y vencidos por los caprichos de las circunstancias que nos acechan permanentemente, que vivir a la altura de nuestro verdadero y real potencial, atentos y sobreponiéndonos a la amenaza de la colonización parasitaria de la especie humana, estando alertas a las vicisitudes que ello entraña,  detectándolas, superándolas y emergiendo airosos de la batalla con todo el esplendor que significa la palabra HUMANO.

Aquí es cuando cobra sentido el título de nuestra disertación, La Iluminación, La Iluninación de la conciencia, La Iluminación desde el punto de vista del conocimiento que nos permite vislumbrar los ataques de estos parásitos a la naturaleza humana para actuar en consecuencia, lo cual no tiene nada que ver con sentarnos pasivamente a visualizarnos envueltos en luz, método éste que no nos libra del peligro de la parasitación sino que,  por el contrario, nos hunde más en la inconsciencia que es precisamente el espacio oscuro que debemos iluminar, por cuanto es justamente a través de este portal por donde hacen su ingreso estas aberraciones con su afán de conquista y de dominio, y nosotros sin poderlo evitar por andar de distraídos visualizándo afuera sin percibir lo que está ocurriendo en nuestro interior. Por consiguiente y desde nuestra perspectiva, no es productivo visualizarnos rodeados de luz cuyo método curiosamente sí funciona en las Luciérnagas que, irónicamente, no son precisamente huéspedes aptos para que el parásito gordiano anide en sus cuerpos de luz, aunque esta cualidad lumínica obviamente sabemos  no deriva de la voluntad ni de la intención de visualizar de este insecto sino de su constitución biológica.

Asi, en este orden de ideas, somos de la opinión "insolente" si se quiere, que el gusano y el grillo no son otra cosa que la representación en pequeña escala de una realidad que nos está afectando en estos momentos y que está ahí  para quienes tienen ojos para ver (descartamos el término "tengan") y perspicacia para discernir, atributos divinos estos que no asisten al grillo que se inmoló para que los infantes de la realeza, los  humanos de esta realidad podamos realmente enfrentar y conscientemente superar.

Narcisistas?  Si ello nos empodera, Sí.  Por qué no?  Partimos de la premisa de que todas aquellas herramientas que nos sirvan para empoderarnos debemos usarlas en nuestro beneficio y a favor de  nuestros divinos intereses humanos,  y preferimos mil veces pasar por esta etapa, la más crucial de la historia de la humanidad,  siendo catalogados como narcisistas y no como derrotados, porque de eso  justamente es de lo que se trata, de recuperar la dignidad y la fuerza divina que nos está siendo sustraída por enemigos ocultos del Ser, sobre todo si tomamos en cuenta el hecho de que su precaria inteligencia reside en el estigma de nuestra inconsciencia usada en contra nuestra y cuya influencia es directamente proporcional al hecho de que no los vemos, e indirectamente proporcional a la infantil  y absurda creencia  de que si no los vemos entonces no creemos que existen. Ahí reside la clave de su infame estrategia y no precisamente en su "inteligencia", la cual deja mucho qué desear si a las pruebas nos remitimos.

Visualizarnos rodeados de luz? No. Visualizarnos rodeados de perspicacia conquistando poquito a poco la consciencia total que nos ha sido sustraida para intentar vencernos en "inteligencia", que no en fuerza, a costa de nuestra inconsciencia. Ese es el reto más importante que tenemos ante nosotros en este aquí, en este ahora! Nuestro amigo, el grillo crucificado, nos apercibe advirtiéndonos  que podemos lograr lo que él, sin la  luz de la perspicacia, no pudo.

Finalmente traemos a colacion un comentario que hicimos al final de una de las entradas del presente Blog titulada "El Don de la Multidimensionalidad", donde dejamos latente  la impresión que nos quedó de que "nuestros cuerpos físicos  (barquitos) llevan a cuestas otros pasajeros que pudieran eventualmente arribar a dimensiones o realidades para nosotros vedadas. ¿Son estos pasajeros los parásitos  no precisamente gordianos que tomamos como ilustracion? Pudieran ser porque a fin de cuentas,  si observamos con atención,  podemos ciertamente apreciar que áctuan igual tanto en  sus estrategias de depredación como en  sus métodos de manupulación.

Bibliografía: http://margen-izquierdo.blogspot.com
                        http://www.ecured.cu/index.php/Gusano_cord%C3%B3n_de_bota.

lunes, 16 de marzo de 2015

El Hermetismo de los "Maestros Espirituales"




Hoy por hoy existe una gran cantidad de Gurús algunos de los cuales hasta se autodenominan "Maestros Espirituales" y les otorgan el "título" de "iluminados", entendiendo por Iluminación, en sentido amplio, como la  adquisición de nueva sabiduría acompañada de una sensación de plenitud. 
Tal vendría a ser el caso, en mi opinión, del Autor del Libro El Poder del Ahora, ECkhart Tolle, quien nos invita a abandonar el uso indiscriminado de la mente para poder conquistar el momento presente que, en su opinión, es el único lugar en donde reside el  Ser.

Eckhart Tolle nos apercibe del hecho atípico en que  el predominio de la mente es una etapa en donde nos encontramos atascados actualmente y que necesitamos pasar cuanto antes a la etapa siguiente en el ámbito de la conciencia, ésto, obviamente no tendría nada de particular si podemos entender y reconocer que muchos de nosotros realmente cavilamos demasiado, pero, el problema para mi radica en el hecho de que atribuye la causa del pensamiento compulsivo respecto de sucesos del pasado y del futuro al hecho de que los humanos identificamos el sí mismo con el contenido de la mente, a quien considera un  monstruo que, literalmente nos destruirá, si no salimos de sus redes  y continuamos sin más demora en la evolución de la conciencia. Opina que nuestra mente se encuentra o bien en el pasado, o bien en el futuro pero nunca en el ahora. No toma en cuenta que podemos sanar la mente a través de 0tr0s mecanismos comprobados en su efectividad. 

Considero que la idea sería en última instancia la sanación de la mente para que recupere la función para la cual existe y no entrar alegre y despreocupadamente en un presente donde todo es luz, perfección e iluminación, porque si esto lo aplicamos sin la directriz de la mente, ahora demonizada, dejaríamos de ser predispuestos pensadores compulsivos para comenzar a ser simples organismos biológicos dirigidos por una consciencia de colmena, lo que en mi opinión sería peor el remedio que la enfermedad por cuanto perderíamos el instinto, esa especie de intuición que tantas veces nos ha protegido las espaldas, perderíamos la individualidad; miremos nada más cómo aquellas personas que se entregan  en una meditación profunda pierden el sentido de la realidad, pierden justamente el sentido del aquí y del ahora; pero no es precisamente en ese "aquí" y en ese "ahora" en lo que Tolle insiste una y otra y otra vez? Contradictorio por demás!  Así, cuando Tollet nos dice que en última instancia  si no podemos solucionar el mal que nos aqueja entonces nos entreguemos al dolor,  yo me pregunto quién se nutre con mi dolor?

Si observamos objetivamente  el drama humano, pudiéramos decir que la actual e implacable dualidad (bien/mal, Luz/sombra) que nos rige como una fuerza poderosa que no podemos ver pero sí percibir, no es más que el conflicto entre dos polaridades que luchan por sobrevivir, el ser humano como individualidad versus el ser humano como parte de un alma colectiva donde el consciente y el subconsciente responden cada uno a determinadas fuerzas  distintas y opuestas entre sí. 

Pienso que ya es hora de que estos maestros espirituales nos digan la verdad que nos ha sido ocultada,  porque si es que no la saben entonces no son maestros propiamente dichos y, si por el contrario lo son, entonces estamos hablando de encubrimiento y por consiguiente, si ello es así, a qué se debe tanto silencio? Nótese que ni este "maestro" ni ningún otro en la historia nos dicen la razón de nuestra inconciencia, el motivo por el cual tenemos acceso sólo al diez por ciento de nuestra capacidad cerebral, la razón por la cual tenemos acceso denegado al hemisferio derecho de nuestro cerebro, la causa por la cual el inconciente nos domina y gobierna nuestra vida. No, eso no nos lo dicen;  sólo nos dicen que nos ubiquemos en el presente, que llevamos un karma a cuestas, que meditemos, que no comamos carne, que nos alcalinicemos,  que canalicemos, que recemos,  que invoquemos, etc., etc., etc.

Tampoco nos dicen que, de lo que aquí se trata, es de arrastrarnos a un sistema de mente colectiva, lo que implica la pérdida inexorable de nuestra individualidad. De hecho necesitamos de la mente en su justa medida para, primero atisbar el momento en que el subconsciente ejerce sobre nosotros la fuerza de atracción hacia su centro de gravedad, y después para discernir el patrón que nuestra mente siguió en la búsqueda de la pista que le permitió detectar el ataque y hacer que nos percatáramos concientemente, lo cual nos va empoderando cada vez más. Esta estrategia no la pudiéramos implementar si estamos inmersos en la búsqueda del "Ser" porque al Ser no se busca, el Ser ha estado, está y estará con nosotros porque somos nosotros, conectados a aquellas entidades conocidos como los Vigilantes, observadores, serenos (Watchers), que ejercen su rol a través del plano mental de los seres humanos. No tenemos más que observar cómo en el Libro de Enoc, Miguel y Gabriel, entre otros, le dicen a su dios que debe tomar medidas correctivas porque estos seres se estaban apareando con mujeres humanas y enseñando a los hombes a descarriarse, a corromperse, pero, paradójicamente, son los mismos seres que  les dieron también el conocimiento relacionado con el signo de los rayos, los presagios de las estrellas, del sol y de la luna; las señales de la tierra, les enseñaron magia, hechizos y encantamientos, el conocimiento de las raíces y de las yerbas curativas; revelaron secretos  a sus esposas, secretos que fueron más allá de simples métodos mundanos, toda vez que Rafael, Miguel, Sariel y Miguel le insisten a su dios que estos "corruptos" vigilantes han ido más allá del límite, atreviéndose a revelarles a los humanos "los secretos eternos que se cumplen en los cielos". En cuanto a las artes mágicas reveladas habría que ver también a qué llamaban "magia". Estamos hablando de supuestos ángeles y arcángeles que "aman" a la humanidad, pero ya a estas alturas y  desde mi perspectiva son estos "corruptos" Vigilantes quienes comienzan a dibujarse ante mí como verdaderos aliados. 

De ahí que me pregunte, quién es quién o, mejor dicho, quiénes son quiénes. No olvidemos que estos seres llamados Vigilantes eran considerados en la antiguedad como "héroes, hombres de renombre". Por otro lado también sabemos que el "delito" por el cual quemaban a las "brujas" en la Inquisición era justamente que ellas poseían conocimiento  y quizás no era otro que el conocimiento que estos arcángeles le niegan a la humanidad. Sería este conocimiento "los secretos eternos que se cumplen en los cielos? De estas quejas de los arcángeles ya referidos surgió el Diluvio Universal, así fue como pusieron fin a la presencia de Los Vigilantes que apoyaban  a la humanidad.
Cabe destacar asimismo que  la hipnosis como herramienta de sanación ha arrojado mucha luz en este fenómeno de la invasión a la mente humana, cuyos resultados revelan una  alarmante actividad cada vez más frecuente de entidades alienígenas invadiendo la esfera energetica, mental y espiritual de los seres humanos. Son estos los "monstruos" a que se refiere Tolle?  Si es así, por qué no lo dice abiertamente?  Qué vamos a hacer en este sentido, vamos a dar la espalda a esa realidad enfocándonos en el "ahora", dejando que estas extrañas y oscuras criaturas, por decir lo menos, se nutran de nuestro pasado y se proyecten a nuestro futuro deshumanizándonos durante el proceso? Es ese el espíritu, propósito y razón de  textos como El Poder del Ahora?  A quién 
está sirviendo Tolle?  A la humanidad?  

El peligro de este tipo de técnica para la "iluminación" que promueven personas como Tolle es que nos llevan de una realidad "disfuncional" (permanencia en el pasado o futuro, según la tendencia personal)  a una "realidad iluminada" que a fin de cuentas no sabemos que tan "real" y qué tan "iluminada" es. Actualmente es público y notorio la presencia de seres rubios del tipo pleyadeano acompañándo en las abducciones de las personas a criaturas grotescas del tipo reptil y grises, con una actitud extrañamente infantil de "todo está bien... no está pasando nada... el mal no existe...no juzgues aunque te estemos introduciendo jeringas por los ojos y por más partes de tu cuerpo... tu eres especial... tu eres un elegido... te amamos si, pero espera que falta todavía insertarte otros implantes, etc., etc., etc."
Si resulta increíble lo aquí expuesto, remito al lector a las investigaciones realizadas por profesionales serios como el Profesor Corrado Malanga y por personas aplicadas como Calogero Grifasi, entre otros.

En fin, todo lo que intento comunicar es que no  descartemos  a priori y por simple inercia mental las señales que nuestra mente consciente nos envía cuando arranca de nuestro insconsciente símbolos ocultos para que, a la luz de la consciencia, podamos desde la mente rescatar, y eso lo podemos lograr si permanecemos atentos y VIGILANTES tanto  del presente como del  pasado y también, claro está, del futuro, ya que en última instancia y en lo que a la consciencia concierne el tiempo no existe pero  en lo que a nosotros se refiere sí existe y existirá en la medida en que no iluminemos al subconsciente con la luz de la consciencia para integrarlo como un todo en nuestra mente o psique, como verdaderos y valerosos contenedores que somos de estas fuerzas demoníacas evitando su densificación o manifestación en nuestro plano de realidad; entonces y solo entonces nos habremos quitado con nuestras propias manos y sin la ayuda de "maestro" alguno el  Velo de Isis,  por  el solo hecho de haber iluminado la oscuridad del subconsciente en vez de iluminar el momento (el ahora). 

Muchas personitas de buena fe están haciendo vigilia peremnemente esperando a su señor, al mesias; todavía no se han percatado de que su señor no viene y no viene porque ya está aquí, somos nosotros! Somos el mecías que viene a libertar al Ser Humano de la esclavitud de la  inconciencia. El humano es un ser conscientemente consciente, despierto, en la medida en que se remonta sobre las oscuras y fétidas aguas del inconsciente que no es más que el alma colectiva de la especie  de donde surge todo el dolor ancestral de la humanidad bajo la forma de criaturas infrahumanas porque el inframundo y el inconsciente son dos términos que aluden a un mismo concepto, la esclavitud del ser humano por causa de la inconciencia.

jueves, 5 de marzo de 2015

El don de la multidimensionalidad.


Había una vez...


Había una vez un barquito chiquitito, 

 había una vez un barquito chiquitito,

 había una vez un barquito chiquitito,

 que no podía, que no podía navegar. 

 Pasaron una, dos, tres, cuatro semanas,

 pasaron una, dos, tres, cuatro semanas,

 pasaron una, dos, tres, cuatro semanas,

 y no podía, y no podía navegar. 
 Y si la historia no le parece mala,
 y si la historia no le parece mala,
 y si la historia no le parece mala,
 se la volvemos, se la volvemos a cantar.
 Había una vez un barquito chiquitito....

No es un barco... es una metáfora!




Una metáfora es un mensaje que, aunque envuelto con un significado distinto, no pierde el propósito que lleva en sí mismo. Según el diccionario, Hablar metafóricamente es hablar más allá de la palabra en su significación literal, llevarla por encima o más allá y de este modo trasladar el sentido de lo que se dice a un plano distinto de la palabra en sí. Esta singularidad que tiene esta palabra "metáfora" entraña más importancia de la que a simple vista vemos. Para tratar de explicar la idea que intentamos transmitir, vamos a traer a colación un ejemplo tomado de un evento cotidiano que tuvo lugar no hace mucho.

El fin de semana pasado estaba con un amiga ayudándola a decorar su sala de estar. Cada tanto tiempo, entre una cosa y otra mi amiga tarareaba una cancioncilla; yo, a pesar de estar absorta en la parte del trabajo que me asignó (estaba cociendo unos forros para los cojines del sofá) mi mente comenzó a visualizar la escena que narraba en la canción. En una de esas le digo a mi amiga: "Cuando era niña, ese "barquito" lo imaginaba  en cada pozo (charco) de agua que se formaba con las lluvias, no me agradaba el color del pantano que resultaba de la mezcla del agua y de la tierra, así que colocaba un barquito con la imaginación y entonces el pozo de pantano no era tal sino que un mar azul con el sol en el horizonte y un barco navegando sobre aguas en calma". Ella me responde: "Cuál barquito"? Le contesto: "El barquito de la canción que tienes un buen tiempo tarareando de vez en cuando". Ella  responde sorprendida: "Si no me lo dices ni me entero que estaba cantando, es algo inconsciente. Yo, pensando en voz alta, digo... "qué curioso, tú cuentas cantando la cantidad de semanas de la canción hasta seis pero yo la aprendí hasta cuatro semanas, mi versión de la canción cuando era niña es de cuatro semanas, no de seis"; es decir que el barquito de mi versión infantil lidiaba con sus problemas en el mar por cuatro semanas, mientras que el barquito  de la versión de mi amiga lidiaba con el temporal por más tiempo. Bien, terminada la jornada, me despedí de mi amiga y me fuí a casa, pero durante el camino no hacía más que tararear la dichosa cancioncita pero ahora sumándole dos semanas más como la versión infantil de mi amiga. Al día siguiente, mientras tomaba un baño me sorprendí tarareando la cancioncita del "barquito" y, no sólo eso, sino que durante el resto del dia me sorprendí unas cuantas veces con esa situación.
Ya a estas alturas estaba más que intrigada por el hecho de que mi amiga me dijera que no estaba consciente de cuando cantaba la canción, por el hecho de que recordé cómo con la imaginación yo colocaba barcos en los pozos o charcos de pantano para "decorarlos" y por el hecho de la recurrencia de la canción en mi amiga y después en mí,  como una epidemia!, así que busqué en google la canción y encontré una página web donde el narrador explica que dicha canción en su versión original se remonta al siglo XVI, hasta llegar a la versión infantil que todavía le cantamos a nuestros niños. Obviamente no es el propósito del presente ensayo analizar el tema de una canción tan antigua, primero por carecer de los elementos de juicio que sí parece poseer la página en cuestión, y segundo por que nuestro enfoque va dirigido estrictamente a lo subliminar, tomando como base lo metáforico.
Así, a simple vista podríamos decir que ésta es una canción para enseñar a los niños a contar, esa en mi opinión sería la envoltura del mensaje; pero el mensaje como tal  podría decirse que viaja a un plano distinto de la palabra en sí (según el significado del término) y este plano podría eventualmente tratarse de un plano distinto al plano físico. En mi caso particular la canción de mi infancia me enseñó metafóricamente que, con respecto a ésta existencia, sólo tendría a mi disposicion cuatro planos del espectro dimensional, pero que no podría aspirar a interactuar con éstos  y mucho menos trascenderlos por cuanto "el barquito que me fue asignado no podía navegar". En cuanto a la versión de la misma canción que le fue enseñada a mi amiga en su infancia incluye seis planos dimensionales donde su embarcación ("el barquito") no es que no podía navegar, es que no sabía pero al final felizmente aprendió por que según la versión aprehendida  "el barquito navegó". Asi, tenemos dos canciones infantiles, dos metáforas, donde una desempodera y destruye el potencial multidimensional y la otra no menoscaba el don de la multidimensionalidad, y es ironicamente en aquellos seres que no quieren saber nada con eso del despertar. Hay en YouTube otra versión más ayecta porque incluye hasta la séptima dimensión pero sin posibilidades de interactuar con ninguna y mucho menos trascender.
Cabe destacar que esta es sólo una visión muy personal a la luz  de una inofensiva  canción infantil envuelta en una inocente lección que "enseña"  a los niños a cantar (quise decir, a contar) al precio de renunciar a su multidimensionalidad.
Al tiempo que escribo estas líneas  me río porque me hace gracia el hecho de que llamé por teléfono a mi amiga para que una vez más me cantara la cancioncita  y así  poder verificar en qué condiciones en su infancia la dejó a ella, fue cuando me enteré que ella tenía la opción de trascender seis dimensiones y aunque la despojaron de la séptima dimensión no le preocupa porque, irónicamente, no cree en eso.
Quizás yo no esté ni remotamente cerca de la veracidad de esto de las metáforas pero no está demás seguir con lupa  qué canciones aprehenden nuestros niños.
Asimismo muy en lo profundo me queda una leve impresión  de que los seres humanos llevamos a cuestas en nuestros "barquitos" otros pasajeros que quizás si arriben a los planos que por ahora se encuentran vedados para nosotros, pero eso será otra historia.

 
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