Cerebro Triuno o Implante Triuno?

Cerebro Triuno

Ciertamente  resulta alarmante  la cantidad de denuncias  que  están surgiendo por muchas partes del planeta y que  exponen  a la luz pública manipulaciones ilícitas que criaturas grotescas ajenas a la raza humana están llevando a cabo en los seres humanos, muy en  especial  aquellas   comúnmente  conocidas como seres del tipo reptil  y pequeños humanoides grises.

No obstante y  desde nuestro particular punto de vista consideramos màs  alarmantes las similitudes que existen  entre el funcionamiento orgánico del cerebro humano y la naturaleza de la conducta  atìpica  de dichas criaturas. Como si todo el desenfreno y la parafernalia derivada  de abducciones, avistamientos y visitas de dormitorio no fueran  màs que una broma cruel y una distracción  para velarnos un conocimiento que nos pertenece por derecho de consciencia.

A fin de encontrar una   explicaciòn racional dentro de unos paràmetros no muy claros y si bastante nebulosos,  hemos necesariamente de  deslindar el concepto de  la raza humana como una especie màs  en su proceso de evolución en el planeta,  del concepto de la consciencia entendida èsta como  el estado de conocimiento de uno mismo y del entorno por la cual el individuo realiza sus funciones perceptivas, intelectuales, afectivas y motoras,  que se manifiesta desde el punto de vista neurológico mediante la actividad cerebral con su base material en el cerebro.

Es decir que  podemos deducir sin pecar de presuntuosos  que  nuestra pertenencia a la raza  està determinada por nuestra conciencia manifestada en ella y no por un supuesto proceso evolutivo que Darwin bautizò con el nombre de “La Evoluciòn de las Especies”, toda vez que,  dado el actual estado de cosas, pareciera que en última instancia dicha especie se nos està quedando corta.

Esto, evidentemente podría ser el motivo por el cual se nos distrae, porque una cosa sería evolucionar  naturalmente estimulándonos  como especie a desarrollar órganos y cerebros màs  sofìsticados para adaptarnos a los eventuales desafíos del  medio ambiente, y otra cosa muy distinta sería que tales órganos y cerebros nos sean implantados en la medida en que estos se tornen obsoletos porque nuestra consciencia supere por lejos màs la tecnología cibernética empleada en el diseño de dichos órganos y muy especialmente en el diseño del cerebro humano. Serìa algo asì como cuando de pequeños debíamos cambiar de  zapatos en la medida en que nuestros pies crecían.

En lo que respecta a  los seres de apariencia reptiliana y a los pequeños humanoides grises tan en boga, dejamos de referirnos a ellos como  “extraterrestres” cuando aceptamos el hecho de que nuestra consciencia ha sido secuestrada por el màs primitivo de los cerebros, el cerebro reptiliano o complejo reptil, el cual rige el comportamiento automàtico o inconsciente  y que nos fue implantado hace màs de  500 millones de años.  Asi que, desde esta perspectiva, no nos sorprende para nada el hecho de que hoy por hoy estemos percibiéndoles, ya que nuestra consciencia se expresa lo queramos o no a través de dicho cerebro por  un fenómeno llamado electromagnetismo. Este cerebro primitivo, aunque  posteriormente  fue obnubilado por  un nuevo implante màs amigable llamado cerebro límbico,  colocado encima  y a modo de contenciòn,  es el portal a través del cual estos reptiles se manifiestan lo quieran o no  en nuestra “realidad”.

Afortunadamente hoy los vientos soplan a nuestro favor y están ocurriendo anomalías en la red electromagnética que romperán inevitablemente el control sobre la consciencia.

Otra similitud  de correlación entre el cerebro humano y las criaturas alienígenas, especifìcamente  los  pequeños seres  humanoides grises, la encontramos en los hemisferio derecho e izquierdo del cerebro donde la corteza o zona màs externa se compone de una sustancia gris recubriendo los núcleos neuronales ocupando el cuarenta por ciento del cerebro. Esta zona gris alberga las tareas cognitivas, tales como la memoria, la atención, el pensamiento y  el lenguaje, entre otras, y pertenece al  tercer cerebro llamado neocortèx o cerebro racional.  Este cerebro es el màs reciente implante que està intentando en vano “canalizar” la ilimitada  inteligencia y la capacidad de razonamiento de nuestra consciencia. Curiosamente, estas criaturas o pequeños humanoides grises afirman venir del sistema de z reticuli y nosotros, inocentemente creemos que se trata de un sistema de estrellas binario situado a unos 38 años luz de la Tierra y que solo puede ser visto desde el hemisferio sur del  cerebro, perdón, quisimos decir desde el hemisferio sur de la Tierra. No obstante,   no deja de llamarnos la atención que en el tallo encefàlico del cerebro existe un  sistema llamado Sistema Reticular que regula el sistema nervioso, induce el vòmito,  gestiona el sueño y la vigilia, controla el motor somático y el sistema cardiovascular, el cual curiosamente tiene  la forma de una red de pescador. Esta red   está constituida por fibras dispuestas en todos los sentidos del  espacio (verticales, horizontales), en medio de las cuales se ubican núcleos de sustancia gris no muy bien definidos a manera de peces enredados en la malla, lo que representaría los núcleos de la formación reticular.

Por este sistema reticular ubicado en el cerebro y no a 38 años luz de la Tierra es que percibimos a estas criaturas formadas por la sustancia gris y separados  normalmente por una malla que de cuando en cuando logran atravesar para interactuar con nuestra “realidad”.

Cabe destacar que todos estos fenómenos alienígenas siempre han sucedido en toda la historia de la humanidad, la única diferencia estriba en el hecho de que ahora les podemos percibir y antes no.  Ahora y cada vez màs les percibimos porque nuestra consciencia ya no puede ser contenida ni siquiera con los màs sofisticados implantes de tecnología cibernética. 

El ultimo implante de tecnología avanzada es el neocortex y se nos està quedando corto, por eso es que en la sesiones de regresión hipnótica las personas están reportando la presencia de estos seres; ellos sòlo están tratando de subsanar a través de dispositivos las limitaciones tecnológicas del neocortex cuya obsolescencia està dando al traste con el sistema de control.

Nuestra libertad està  irremediablemente garantizada y  el sistema de control ya no puede hacer nada al respecto porque superamos su tecnología y solo es cuestión de “tiempo” para alcanzar la meta.

Por nuestro lado, si deseamos acelerar el proceso podemos comenzar poco a poco a dejar de identificarnos con el cuerpo y con sus procesos biològicos, mentales y emocionales. Esto, desde luego, no significa dejar de existir; significa hacernos conscientes de que todo cuanto experimentamos està gestionado por los tres implantes que portamos como cerebros reptil, lìmbico y neocortex, los que actùan como un filtro para proyectarnos la realidad que percibimos con los sentidos cuyos impulsos tambien  son decodificados por dicho  control cerebral  triuno en un intrincado proceso de retroalimentaciòn.